Friday, February 9, 2007

Me llaman el desaparecido

Hoy en día, nadie puede negar la presencia de 3,5 millones de inmigrantes en la península Ibérica. Es un grupo de personas residentes en España que ha incrementado espectacularmente su numero durante los últimos años, desbordando todas las previsiones, ya que en 1998 el número de inmigrantes no alcanzaba las 600.000. En este mismo año 1998, Manu Chao dio luz a la famosa canción ´Clandestino´, sin conocer aún el impacto y la repercusión que tendría. ¨Me llaman el desaparecido¨ iba a ser una frase que no dejó indiferente a nadie y se transformó en la voz de una nueva generación de inmigrantes refugiados.

La población de inmigrantes en España es muy heterogénea, al igual que ocurre en otros países europeos, y vive sobretodo en las grandes capitales, como Madrid y Barcelona, además de la Comunidad Valenciana, Andalucía y las islas Canarias. Entre los inmigrantes la mayor parte son refugiados políticos y económicos del Magrèb, de los países subsaharianos y de Latinoamérica, pero también se ha visto un aumento en la inmigración de chinos y de europeos del este. Sin obstante, estos últimos normalmente vienen con puestos de trabajo, aunque trabajan casi siempre ilegalmente y generalmente rellenan los puestos que a ningún español le gustarían hacer.

Hay varias maneras para llegar a la llamada ¨ Puerta de Europa ¨, las cuales dependen mucho de la persona en cuestión. A la mayoría de las personas que intentan llegar a España, les es imposible viajar legalmente. Son refugiados políticos o económicos que hipotecan todos sus bienes para una aventura incierta, personas desesperadas que lo hacen todo para obtener un futuro mejor, algo que no encontraban y nunca iban a encontrar en su país de origen. Por lo tanto están obligados de pagar miles de euros a traficantes de personas y arriesgar sus vidas, muchas veces dejando sus familias atrás; generalmente con esperanza de llegar a un paraíso, que al final no parece ser más que una utopía.

Cada día llegan nuevas embarcaciones con inmigrantes a tierra española, sobre todo en el estrecho de Gibraltar y, actualmente, se ha visto también un incremento de la presión migratoria en patera registrada en Gran Canaria y Tenerife. A pesar del control del estrecho y los centros de acogida de la costa sur de España, no son pocos los cadáveres que aparecen en las costas de Andalucía. Hace poco, se exhibió una muestra compuesta por 60 fotografías que reflejaban el drama de la inmigración en una exposición fotográfica en Ceuta, llamada ¨ El paso del Estrecho ¨.

Sin embargo, las personas que sí logran en llegar a Europa, encontrarán aún muchas dificultades en su camino hasta poder alcanzar el sueño que buscaban. Aparte de la dificultad de integrarse en un país nuevo, su principal problema es conseguir los papeles de residencia para poder trabajar y así poder construir una vida razonable. Si bien la mayoría de los refugiados son jóvenes y entre ellos no muy pocos con educaciones universitaria y a pesar de que serian muy capaces de trabajar, por la ley no tienen la oportunidad de hacerlo. La única manera para ganar algo de dinero es trabajar ilegalmente, un fenómeno que ocurre a gran nivel y que al final no es beneficioso para nadie excepto del explotador. El clandestino pasa horas y horas trabajando en el campo, recogiendo fresas para un sueldo miserable o vendiendo gafas de sol en la esquina de la calle para su jefe que cobra el 90% del dinero.

Hace poco, la ONG Valenciana ¨ Motores sin Fronteras ¨ hizo un llamamiento para poder financiar un proyecto teatral, llamado ¨ Un viaje sin final feliz ¨.
A pesar de que hay muchas personas benevolentes como éstas y organizaciones internacionales que se esfuerzan para una mejor situación de los sin papeles, e incluso hay empresas que se meten en el conflicto y desarrollan proyectos de educación o de formación profesional para refugiados, no parece que la situación está mejorando. Por mucho que los datos muestran que la inmigración es un proceso necesario para mantener el crecimiento económico de un país, e incluso sirve para garantizar las pensiones ya que la ola de inmigrantes es la que ayuda en gran parte para financiar los costes del envejecimiento de este país, en lugar de respetar los derechos humanos, Bruselas intenta cada vez más de restringir la política sobre inmigración. En 2005, por primera vez, el número de pateras interceptadas ante las costas españolas descendió un 23% respecto al año anterior y algunos periódicos presentaban este hecho como si fuera un éxito de la política internacional. Todavía, la inmigración está en el tercer lugar de las preocupaciones más vigentes de los españoles, con un abundante 28%, mientras que el desempleo con un 55,6% y el terrorismo con un 37,1% son las que vienen como primeros en la lista.

Muchas de las organizaciones que trabajan con refugiados y que día en día se encuentran con personas frustradas por la imposibilidad de trabajar, han propuesto el llamado ¨ permiso de trabajo ´, que serviría como visado de trabajo para el período en que el refugiado está en el proceso de obtener papeles de residencia. ¿Cuáles serían las ventajas de cierto permiso laboral?

En primer lugar, se supone que la oportunidad para refugiados de obtener trabajo legalmente, llevará a gran nivel a una mejor división de los bienes y de los servicios. Los 'ilegales ' ya no serian un gasto para el estado, ya que incluso pagarían impuestos. Una vez encontrado un trabajo, el inmigrante puede esforzarse a aprender la lengua y ampliar sus conocimientos, lo cual le servirá para ´ crecer poco a poco ´ y convertirse en un beneficio para el país. De esta manera, el emplear a inmigrantes podría llevar a menos la pobreza, a un mejor panorama social e incluso a una aceptación más fluida de los inmigrantes por parte de los residentes autóctonos: Ya no se podrá decir que ´el inmigrante vive del bolsillo del estado.´

Una mejor aceptación y más independencia financiera de los inmigrantes también llevan consigo menos discriminación y aislamiento social. Conseguir un puesto que corresponde al nivel del trabajador, en vez de un trabajo bajo del nivel personal y con poco sueldo y prestigio, ayudará a disolver el problema de la pérdida de confianza y de autoestima de la que sufren muchos inmigrantes al encontrarse y ubicarse en un país nuevo. Una encuesta recién hecha por el instituto neerlandés IBS, el Instituto Internacional de Estadísticas, muestra que él quien trabaja está más contento sobre sí mismo, que él quien está de paro, así que el argumento de autoestima y de confianza también es aplicable a nivel individual. Uno que está contento disfruta en general de más estabilidad en el hogar y sufre menos de conflictos de tipo mental, o de problemas dentro de la familia.

Con la llegada del permiso de trabajo para el indocumentado, todas estas previsiones no garantizan una plaza en el utópico Paraíso una vez entrado por la Puerta de Europa, pero sí podrían llevar al futuro mejor tan deseado por parte de los inmigrantes. Y ¿No es lo que deseamos?, ¿un futuro más próspero para todos los habitantes del mundo? Y tan simple... Sólo un papelito para poder atribuir a una integración mejor y más rápida, a un mundo más sano y más contento.

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